La Catedral de La Habana

Por Anónimo.

La Catedral que admiramos

La Catedral de La Habana que tanto admiramos

La Habana Vieja seduce, no por ser una grande urbe, sino por su sencillez y por el valor histórico de sus edificaciones y monumentos. Una de estas edificaciones que distingue entre todas es la Catedral de La Habana, un templo que se levanta en pleno Centro Histórico de la capital cubana como un desafío arquitectónico al tiempo.

Es sabido que fue por interés de los jesuitas que comenzó a erigirse La Catedral por el lejano 1748, inicialmente como una escuela, sin embargo, no fue hasta casi tres décadas después, en 1777 que se terminó la obra, gracias al obispo Felipe José de Tres Palacios que la concibió como catedral luego de que se instalaran en el país dos sedes eclesiásticas, una en Santiago de Cuba y otra en La Habana. De hecho, se desconoce el nombre del arquitecto que tuvo a su cargo el proyecto total de la edificación.

Catedral barroca en ambiente colonial

El interior de la Catedral de La Habana
La Catedral de La Habana Vieja vista desde su interior, se puede apreciar el coro y el Altar Mayor

Pensada para ostentar un estilo puramente barroco de la corriente toscana (por sus dos torres asimétricas), varios autores de literatura arquitectónica de La Habana colonial refieren que la misma fue receptora del neoclasicismo imperante en el siglo XIX, tras lo cual fue sometida a diversos cambios en su interior, renovaciones que han tenido lugar posteriormente en dos ocasiones más.

Se dice que en la década del 1940 se suplantó el techo original por otro de piedra que simula una bóveda. La iglesia forma un rectángulo de 34 metros de ancho por 36 de largo y hace alarde de un trío de naves y ocho capillas en ambos lados, los cuales están fraccionados por gruesas pilastras.

El Templo en su interior

El Altar Mayor de la Catedral de La Habana
El Altar Mayor de la La Catedral de La Habana Vieja visto con más detalles

Lo más llamativo del interior del templo es el Altar Mayor, donde figura la imagen única y refulgente de la Virgen María de la Concepción Inmaculada, beata a la que se dedica desde su fundación La Catedral; de igual manera frente al altar el visitante se complace en apreciar ostentosas esculturas y trabajos de joyería realizados en Roma durante la primera mitad del siglo XIX.

Igualmente prevalece la Capilla de Loreto, único vestigio del paso de los jesuitas por la capital de Cuba y también son apreciables en sus capillas laterales copias de originales de los pintores barrocos Pedro Pablo Rubens y Bartolomé Esteban Murillo, pintadas al óleo por el francés Jean-Baptiste Vermay.

En la parte superior del altar se pueden apreciar tres imágenes del artista plástico italiano José Perovani, entre ellas la obra La Asunción; así mismo también es admirable una efigie original de San Cristóbal, patrono de la villa de La Habana, la cual se encuentra ubicada a un costado de la nave central.

También son originales del siglo XVIII la sillería del coro de los canónigos y los muebles de la sacristía.

En el interior del templo se encuentran diversos nichos de obispos y personajes ilustres de la ciudad de La Habana y es poco conocido el dato de que allí también descansaron durante un breve período, las cenizas del Almirante Cristóbal Colón, antes de llegar a su morada definitiva en la Catedral de Sevilla, España.

Fachada de la Catedral de La Habana
La impresionante vista de la fachada de la Catedral de La Habana

Pero sin dudas, lo que más impresiona de esta Catedral de La Habana es su fachada, una muestra fehaciente del barroco neoclásico que prepondera en la construcción. Totalmente hecha de piedra gris oscura, expertos aseguran que es una fachada cambiante, capaz de moverse según el ojo del espectador que la observa, algo apreciable sobre todo en su cornisa y además, sorprende la gran variedad de fósiles de la flora y la fauna marina (conchas, caparazones, erizos de mar, etc.) incrustadas en las paredes.

El diseño de la fachada, pensado por el arquitecto italiano Francesco Borromini, está en perfecto contraste con la luz propia de un clima tropical y presenta dos campanarios que presumen de una total asimetría, puesto que una de sus torres es notablemente más grande y ancha que la otra y consta de dos campanas.

Una torre de la Catedral de La Habana
Vista interna de una de las torres de la Catedral de La Habana, la torre del ala este

Una puerta colosal, una cruz en lo alto y una en cada una de sus torres que también sirven de mirador hacia el resto de la plaza que preside, hacen de ese Templo un lugar de obligada visita.

Un Templo curioso

Ya dijimos que uno de los homenajes que se aprecian dentro del templo es el de San Cristóbal, uno de los cuatro santos protectores, pero su condición de patrono de la ciudad habanera lo ha convertido para los afro descendientes en el orisha ggayú Solá, supremo defensor de los débiles, por lo que no es de extrañar que en los muros de La Catedral se encuentren ofrendas conferidas por los creyentes de la religión afrocubana yoruba.

Sin embargo, esta mezcla de religiones no impide que La Catedral sea principalmente un lugar católico, aunque sus puertas estén abiertas al mundo religioso en general y a todo el que esté dispuesto a ingresar en sus predios, siempre que se respete la paz y la tranquilidad que tantos devotos buscan en la majestuosa edificación.

La Catedral y sus alrededores

Dicha plaza, además del templo que la prestigia, también enseña lugares atractivos como son: La Zanja Real, la Casa del conde Don Luís Chacón o Casa Bayona, El Palacio del Marqués de Aguas Claras (actual restaurante El Patio), El Palacio o Casa del Conde de Lombillo (hoy Oficina del Historiador de la Ciudad) y la Casa del Marqués de Arcos.

Datos de la Catedral y consideraciones finales

La Catedral se sitúa en la plaza del mismo nombre, o sea Plaza de la Catedral y más precisamente en la calle Empedrado #156, abierta de lunes a viernes de 9 de la mañana a 4 y 30 de la tarde y los domingos y días festivos de 9 a 12 meridiano, ofrece entrada gratuita a todo el que la visita, aunque si es de su interés subir la imponente escalera de madera hasta la torre del campanario, deberá abonar la cantidad de 1 peso cubano convertible (CUC).

El actual Párroco de la Catedral de La Habana, el Padre Yosvany Carvajal, ofrece allí ceremonias oficiales de la arquidiócesis, misas, bautizos, bodas y otras actividades.

El templo ha recibido a personajes ilustres de la iglesia, la cultura y la política como el papa Juan Pablo Segundo en 1998, el papa Francisco en el 2015 y un año más tarde el ex-presidente de los Estados Unidos, Barack Obama y su familia, en ocasión de su recorrido por la Ciudad de La Habana cuando visitó Cuba.

Símbolo perenne de la capital cubana, La Catedral de La Habana ha sido inmortalizada a través de los siglos en todas las aristas del arte y a 500 años de fundada la villa de San Cristóbal (es decir La Habana), sigue siendo un espectáculo visual que usted, no se puede perder.

Para conocer más acerca de los otros lugar que forman parte de la Plaza de la Catedral (incluyendo la misma plaza) consulte nuestra Guía esencial y definitiva de La Habana Vieja.

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