El Castillo de la Real Fuerza

El Castillo de la Real Fuerza en La Habana Vieja

El Castillo de la Real Fuerza se encuentra en la entrada de Plaza de Armas, la plaza mán antigua de La Habana Vieja, lugar oficial donde nació la ciudad de La Habana. Se trata de una fortificación militar construida en 1558, después de que la Fuerza Vieja, primera fortaleza habanera, fue destruída. El Castillo de la Real Fuerza se construyó bajo la dirección inicial del ingeniero Bartolomé Sánchez y luego de Francisco Colona.

Se deduce que "Fuerza Vieja" es el nombre que los españoles le daban a la fortaleza precedente y que "Real Fuerza" es el de la nueva fortaleza, como para indicar que es la verdaderamente fuerte, no como la "Vieja" que fue derrotada. No parece conocerse el nombre original de la fortaleza anterior, cuando aún era "Nueva". Probablemente porque fue destruída en una etapa muy temprana de la historia de Cuba y no hay documentos que hablen sobre ella, excepto con posterioridad.

Maqueta del Castillo de la Real Fuerza
Una maqueta donde el Castillo se ve en su entereza original

La planta del Castillo de la Real Fuerza es un cuadrado dividido en nueve partes exactamente iguales que rematan cuatro bastiones regulares. La obra está rodeada de agua, en el medio de un foso limitado por el muro perimetral. La construcción recuerda las obras renacimentales italianas y francesas del siglo XVI, sin embargo los volúmenes de la masa arquitectónica y su aislamiento lo hacen más parecido a la tradición medieval.

Otra vista del Castillo de la Real Fuerza
El Castillo desde una de sus torres

Fue construido con el propósito de defender la ciudad de los ataques de piratas, corsarios y ejércitos extranjeros, sin embargo su posición, demasiado adentro de la Bahía La Habana no parece la más indicada para cumplir este propósito, aunque en 1762, haya logrado rechazar el ataque de la artillería inglesa e varios otros.

Yo tengo el criterio de que los españoles no eran estúpidos y sabían muy bien lo que hacían. Si costruyeron esta fortaleza tan adentro de la bahía es porque evidentemente su función principal no era la de rechazar los ataques porvenientes del mar. De hecho, también tenía la función de custodiar los tesoros como oro, plata y mercancías de valor provenientes de España. Y ahí su posición adentrada en la Bahía adquiere su pleno sentido, lo cual es quizás la razón principal por la cual, se decidió construir la fortaleza precisamente en aquel lugar.

Después de todo, la fortaleza más indicada para la defensa de los ataques externos era, en toda evidencia, la Foraleza Del Morro. Esto tiene sentido. ¿Para qué reservar dos fortalezas al mismo papel defensivo? Parece evidente que el Morro era para la defensa de la ciudad y el Castillo era más para la custodia de los tesoros. Además, el buen sentido lleva a considerar que en aquella época, los riesgos de saco y robo eran mucho mayores que los ataques externos, que obviamente existían, pero con menores probabilidades de ocurrir. Atención, estas son conjeturas, interpretaciones personales basadas en la análisis de los hechos, no son el resultados de estudios profundos ni reflejan hechos oficiales.

La edificación de esta fortaleza demoró 19 años en terminar aunque los pisos superiores fueron construidos ulteriormente y sirvieron de vivienda a los gobernadores, y, finalmente, en 1630 aproximadamente se añadió un piso a la torre sobre el ángulo del baluarte suroeste. Ahí se colocó la estatua de La Giraldilla, que representa una mujer con una cruz en la mano, hoy símbolo de La Habana. Se dice que esta escultura de bronce fue fundida en La Habana en 1632 por el artista canario Jerónimo Martínez Pinzón.

La Leyenda de la Giraldilla

Le Castillo de la Real Fuerza visto desde atrás
Parte del Castillo de la Real Fuerza que corresponde al puerto y desde donde es visible la Giraldilla

Dicha leyenda cuenta que Doña Inés de Bobadilla, esposa del séptimo gobernador español de Cuba, Hernando de Soto, y por orden expresa del mismo, se hizo cargo de la administración del país cuando De Soto tuvo que partir al frente de una expedición a la Florida.

Según la leyenda, Doña Inés pasaba horas del día en el punto más alto del castillo, con la esperanza de ver alguna nave que le trajera de vuelta a su esposo y continuó esperándolo incluso después de su muerte, durante el resto de su vida, convirtiéndose en un símbolo de amor eterno.

Esta por lo menos fue la leyenda. Porque en realidad El Castillo de la Real Fuerza se construyó mucho después (1558) que la partida de Hernando de Soto en 1539 e incluso de su muerte en 1540. Y aunque muy dolida, en realidad Doña Inés no murió de amor, sino volvió a España con una gran herencia de su esposo, de acuerdo a lo que afirma el investigador Pedro A. Herrera López, el cual estudió durante años antiquísimos archivos, textos y otras publicaciones periódicas en relación a la leyenda.

En todo caso, dicha leyenda fue suficiente para inspirar al artista Jerónimo Martínez Pinzón al la hora de fundir la escultura, la cual se resistió a muchos huracanes hasta que el ciclión del 20 de octubre de 1926 la arrancó de su pedestral arrojándola en el patio. Hoy lo que está encima a la torre es una réplica. El original se encuentra conservado en el Museo de la Ciudad o sea en el antiguo Palacio de los Capitanes Generales, de manera que la obra de arte original pueda descansar de la furia de los huracanes que no entienden de historias de amor. Hoy La Giraldilla es también un símbolo y es es parte del logo del ron Habana Club.

Pero sigamos hablando de la historia del Castillo.

El Castillo de la Real Fuerza en épocas modernas

Después de la toma inglesa de la Habana en 1762, al retomar el dominio colonial de la ciudad, el castillo funcionó como centro de organización de defensa y, durante la guerra de los 10 años (1868-1878), se convirtió en Cuartel del Cuerpo de Voluntarios de La Habana. En 1899, el gobierno interventor americano ordenó trasladar al Castillo el Archivo Nacional, donde estuvo hasta 1906. Y a partir de este momento se convirtió en el Cuartel de la Guardia Rural, hasta 1934, donde se instaló el Batallón Número Uno de Artillería del Regimiento Siete, Máximo Gómez. Y finalmente, entre 1938 y 1957, la fortaleza albergó la biblioteca nacional.

La Revolución Cubana sale al poder en 1959 y a partir de este momento el Castillo de la Real Fuerza acoge, de forma no permanente, exposiciones de arte cubano contemporáneo y conjuntos internacionales de muy alto nivel. Finalmente en 1990 es el Museo de la Cerámica Artística Contemporánea y, a partir de 2005, es lo que debe ser, museo de sí mismo. Contiene varias reliquias de su historia y también elementos relacionados con la historia de la navegación y construcción naval.

Hoy en día el Castillo de la Real Fuerza es uno de los sitios declarados por la UNESCO en 1982 como patrimonio de la humanidad.

Sobre el autor

El autor Danilo Renzi

Danilo Renzi

es un webmaster, redactor y experto en turismo. Trabaja como asociado freelancer por la empresa canadiense Ionenet S.A. desde el 2003 y, desde septiembre de este mismo año habita en Cuba. También ha trabajado por la agencia de viajes receptora La Coronación S.A. de La Habana desde el 2003 hasta el 2010 y, actualmente, es la cara local de la agencia CasasParticulares.Net.
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